Amor, tus labios me recuerdan a fruta. amor… tus labios me saben a dulzura. Amor, tus abrazos son la fogata en invierno y tu aliento los céfiros de verano.

Si supieras cuánto te necesito y cuánto sufro tu ausencia. Si supieras que amanezco pensando en ti y que en las noches abrazo mi almohada imaginando que eres tu. Imagino que el aroma de ella es tu aroma y que los besos que le doy los recibes.

Amor, teniendo que imaginarte entre mis brazos es la tortura más cruel, más que el gélido corazón que ahora posees para mi, mientras lo que tengo que tengo para ti, es lo mejor de mi… y debo decir que he perdido mi dignidad por quererte de tal manera, pero no me importa. Amor, sólo quisiera curarte de la ceguera de tu corazón que me enloquece.

Amor, sólo quisiera usar la almohada de mi dulce lecho para dormir... y no para pensar que a quien abrazo y le dirijo los más tiernos besos no es un montón de plumas muertas cobijadas en una suave manta... sino que es al objeto de mi profundo y sincero sentimiento... a quien pertenece mis sentimientos... a quien pertenece mi alma.