Desayunos irredentos




Un tembladeral
nos pasó por encima,
anuló las densas horas
del tiempo y la distancia,
sumó un pentagrama ajeno
y hasta salpicó de barro
las inobjetables realidades.

Acorazados en miedos varios,
cuarenta años de persistencia en giros
añejados en la misma caparazón.



Abrazados en las brasas
de una certeza compartida,
injustificada ninguneada
esa ausencia mezquina,
en un hola deseado y abortado
vaya a saber por qué.

Trampas del destino,
oportunidades filtradas
en los recovecos de la historia
del país en que nacimos.

Las dictaduras son crueles
hasta en los intersticios más sutiles,
arrasan con los cuerpos,
pulverizan los pensamientos,
trastocan vidas ,
sin percibir
sus tenebrosos sortilegios.


Tallan secuelas
imposibles de remontar,
rastros imperceptibles
cicatrices lacerantes.

Impasibles imposibles....

Las minucias de cada día
la perseverancia de la lucidez
y la paciencia de los tiempos,
quizás puedan arrancar
cada uno de los abrojos
que nos han dejado
prendidos en tantos, tantos más,
por cada uno de los treinta mil
cuya sangre se coagula
en nuestras manos.

Desbordados de memoria,
cada despertar
mansamente
nos alcanza un desayuno
replicando sinsabores
encriptados.


marzo 2009
silvia H.García López