Decidió cerrar los ojos por un eterno instante, por un constante para siempre. Había demasiadas lágrimas en ellos, demasiada vergüenza, demasiados secretos ocultos y muchas marcas de heridas en su iris color arena, quedaba el rastro de lo que no lograba olvidar. Decidió no volver a mirar, no volver a admirar, no volver a ver, no volver a observar. Decidió sentarse en pleno día a sobrellevar la oscuridad. Fueron demasiados los recuerdos que impulsaron esto, demasiadas las risas que sonaban como eco de aquella ultima función. Fue un payaso muy brillante y hoy ya sombrío, debió renunciar. No quería más risas, ni sonrisas, ni palabras de aliento falsas antes de comenzar, no quería otra respuesta ante la eterna interrogante. Decidió cerrar sus ojos una vez más, hundirse en un mar de silencios inexpugnables en la más intensa soledad.
Decidido a olvidarlo todo, a renunciar, decidido a comentarles el cansancio…. es que se fue empinando una botella del bar. Se acomodo en un escaño, se tendió a llorar. Decidió cerrar sus ojos, decidió obviar la luna, decidió dejar de hablar. Decidió que sobraba encada lugar.
Al final solo decidió decirle a su sombra decidí odiarlos por siempre jamás. AL final la botella quedo dormida en su mano, el silencio reinando y una ligera llovizna caía sin dormir. |