Me gustaría tener algo interesante que contarte, pero la verdad es que lo más interesante que me ha pasado es que el fin de semana hice galletas y me quedaron riquísimas.
De mis logros laborales y/o profesionales, poco puedo contarte, ya que no he avanzado mucho en lo profesional. Llevo una vida relativamente tranquila y sencilla junto a mi hijo, su padre, mis padres, mi perro y mi gato.
Una vez al mes viajo a la capital, a pagar cuentas. También una vez al mes, asisto a reunión de Apoderados en la escuela de mis hijos, donde fui democráticamente para integrar la directiva (no me lo esperaba...), aunque ahora ya me aburrió la farándula, asi es que pienso renunciar a mi cargo...
En mis ratos libres me gusta estar en silencio. Tranquila. Y sumergirme en mis recuerdos. También me gusta caminar bajo la lluvia, porque de esta manera nadie nota mis lágrimas...
Lo que mantiene viva es –además de mi hijo, claro está- el saber que todo pasa, que no hay mal que dure cien años....
No he dejado de pensar en ti ni por un minuto en la vida. (Que conste que traté, pero no hay manera de decir esto y que no suene a teleserie!!!)
Eres el único hombre al que he amado en mi vida, y el sólo hecho de escribirlo ya me hace sentir infiel. No puedo evitar mirar hacia tu casa cada vez que pasó por ahí, como esperando ver la luz encendida alguna vez, como esperando el milagro, y nada. Este año se cumplieron 20 años desde que nos conocimos. ¡VEINTE años! y aun no se me pasa el amor, aun tengo esa mezcla rara de emoción y cosquilleo cuando pienso en tí. (y qué decir cuando te veo) POr una parte, pienso que es mejor que las cosas hayan sido así y que tu ahora estés lejos (en realidad, no se cual de los dos es el que está lejos, depende desde donde se mire...) Hay pocas cosas de las que uno puede estar seguro en esta vida: una, es que todos algun día nos vamos a morir, claro.... y la otra, en este caso de lo que puedes estar absoluta y completamente seguro es que NADIE en todo el universo NUNCA te va a amar tanto como yo. De eso si que puedes estar seguro. Te podrán amar, sí, de todas las formas posibles, pero como yo lo hice -y lo sigo haciendo, de alguna forma- NUNCA. Con la misma intensidad, con la misma pasión, con el mismo fervor, con la misma inocencia, sin esperar nada a cambio... Alguien capaz de entregarse absolutamente, sin medir las consecuencias, tanto, de llegar al extremo de someter la propia felicidad a cambio de la felicidad del otro; al extremo de sacrificar su máximo sueño con tal de satisfacer a quien se quiere.... Así te amé, y tú lo sabes, y espero que nunca te olvides de ello.
Por eso, estés con quien estés, no importa lo lejos que te encuentres, yo siempre estaré ahí, porque aprendí a amarte así, sin restricciones. Y si algun día decido volver a tí, a mí, a nosotros, ten por seguro que no me va a importar la distancia, ni el tiempo que haya pasado... Volveré a mi lugar, volveré a mi reino, a tomar lo que me pertenece y a ocupar el sitio que me corresponde, a reinar en gloria y majestad, por los siglos de los siglos.
Amén. |