No insistas en la pintura que odio
nocturna y herida, ni en el clamor
ofrendado de la entumida canción
ni en el cariño ni la dicha tan solo
calla el poema insistente y canalla
de tu boca confusa mas no ya deseada
arrepentido e inerme sin voz
sangrando reniego de todo

No insistas la pintura que odio
que tus manos de cisne enarbolan
mi risa decanta el modo
mi risa profunda y cantora
descuaja tu alma roñosa
de mi alma cansada y sola
con asco reniego de todo
no insistas en la pintura que odio

El sustrato de ti presente en las cosas
habita ahora la gris desmemoria
menguado vórtice de amor y dolor
te pudre el invierno como a la otoñal hoja
De toda fría línea, del atardecido color
de tus ojos vanos, reniego mi dios
De todo sentimiento que el mar arroja
a la playa sepia del recuerdo sin sol

De la luna atisbada en el alba de otrora
de inquietantes conversas y su íntimo humor
pintora asesina, miradme a los ojos
reniego de todo, no insistas
no hay perdón