No sè como expresarme bien. A decir verdad nunca lo he hecho. Así que esta noche no es la excepción.

Hoy estoy rozando la locura...

Mi alma y mi mente estàn hundidas en un vaivén de recuerdos... el cielo me muestra su imagen... la silueta de aquella sirena que apereció de madrugada con luz en los ojos y sonriso de cristal.

Esa ocasión desendió, sólo para cambiar sus sueños de color e inyectarme un poco de su suspirar. Su cabello se enredó por la rendija de mi pecho y en un abrir y cerrar de ojos, caí de sus labios a sus senos y de ahí a sus pies...

A partir de ese instante, ella cambió mi rumbo. Las noches no fueron iguales, siempre se fusionaron con un matiz de ternura.... al tenerla en mis brazos, imaginé que podríamos caminar, juntos, hacia el altar, para no separarnos, hasta encontrar, unidos, el camino secreto de la muerte.

Sin pensarlo, la sirena tocó mi alma y me dio señales para poder decifrarla. Pero la última gota de luz se apagó. Los ángeles negros me observaron para decir adiós; aquella tarde cuando erdí el control que lleva al camino de la felicidad y a la luna de miel eterna.

Prometí no acercarla al abismo; y no fui capaz de protegerle. Así que los dioses oscuros nos devoraron y destruyeron, cuando preferimos escuchar sólo el ruido de afuera.

Ahora la nube negra cubre mi entorno, mientras ella vuela hacia otro cielo...

Al final del sendero ya no queda nada. Ya no existimos. Sólo queda su fotografía impregnada y tatuada en mi corazón.

Seguramente me olvidará, hasta convertirnos en dos extraños... pero mientrar eso pasa, quiero decirle que nunca hubo otra estrella mejor para mí...

Hasta nunca amor mío... mi sirena... mi amor