Tras una larga noche,
caigo derrotado otra vez,
mi cuerpo se transforma,
los sentidos se distorsionan,
vuelvo a ser otra vez
y quisiera dejar de ver,
los ojos se tornan,
veo flores, amapolas,
que me susurran al despertar
que duerma una vez mas.
Y vuelve ese duende
que hace el amor con las musas,
dice que no le entiende,
la gente, no le entiende,
el ser no comprende
y vuelve a volar,
se va, se pierde.
Entro en ese cuarto
que hay al final de cada corredor,
percivo sus olores opacos,
no son musas, son pirañas
y despierto... |