Esta sonrisa que estás viendo [ sí esta misma, la que tanto te gusta] no es más que una vil mentira, un retrato cansado que nunca me he atrevido a dejar atrás. La pinté hace algún tiempo cuando confiné a aquellos retazos rojos del pasados a habitar en mis ojos, en mis manos. A ratos se desdibuja pero la reconstruyo cuando nadie mira, cuando nadie sospecha y la dejo incluso cuando ya ha caído la noche cual muñeca de porcelana que teme descascarse al primer movimiento.
Pero tranquilo, no hay de qué preocuparse me he comprado un marcador mágico para que nunca sepas lo que en verdad yace tras mis labios. Prometo obviar tu mirada cuando las llagas se asomen de a poco, hagámoslo fácil e indoloro...es la única forma, pues en este engaño, tras mi sonrisa (esa que te gusta tanto) tú, yo sobrevivimos.