Ni los tangos que en La Boca me sugieren
un Gardel apelmazado por la fama,
trasnochado por el rastrillo de la gloria...
ni en la esquina más pomposa de Florida
con sus galerías de ropa elitense
y de zapatos hechos de fresco degüello...
ni en las muchas esculturas de Palermo,
ni en la mugre de Retiro,
ni en la siempre hormigueante Corrientes
con sus escaparates enormes y repletos...
ni en los ojos displicentes de Patricia...
ni en mi local de Almagro...
ni en la Mendoza bonita, provincia bonita...
ni en el verde de Misiones, y sus cataratas proclives
al acecho de suicidas...
ni en el espejo ya...
ni en tus manos, ni en las mías, ni en las de la gente que camina presurosa
y habla sola con sus walkman...
ni en los perros que el paseador tironea
ni en el que pide monedas haraposo a la puerta del taxi...
ni en las improntas del subte donde perdí mi pasaje
de avión... donde una vez escribi dos nombres...
ni en las aguas chocolatosas del Río de la Plata
aquí enfrente...
ni en mí ya...
ni en ningún lado...

Nada, nada, nada...
Ni nada nunca en ningún lado y yo que creí algo...
Qué cosa es lo que ni...
Ni yo lo sé.
¿Qué cosa es lo que "ni"?
Decilo vos, después de leer...
No lo descubro aún y ya me duele.