Desnuda y azul en la palma de mi mano bailas para mí una danza embrujada, puedo sentir el batir de tus alas cuando te acerco a mi cara. Pasos suaves y sensuales en el prólogo anteceden a miles de cabriolas alumbrada tan sólo por la luz de mis ojos te vas sintiendo agotada. Descansa ahora mi hada por mis dedos suaves arropada y haz de mis labios tu almohada. Despertarás dulcemente al alba con la música de mis palabras dispuesta a ofrecerme una nueva y generosa danza.
Texto agregado el 21-05-2004, y leído por 199 visitantes. (0 votos)