Leía un poema donde el escritor decía que sus conquistas no eran ni masivas ni instantaneas. Que no era un galán. La verdad es que yo tampoco. Me sorprendía siempre el amor con los ojos cerrados, con los oidos sordos, con el cerebro apagado y con los labios secos.
Nunca conquisté, nunca fui el sueño de nadie y usualmente eso no me deprime hasta que leo poesía y sueño al amor. Me digo que amo amar, pero no se cuando ni donde y aun así vengo a decirte que la luna no basta para ofrecer, que el sol es muy pequeño para comparar, que las estrellas desde aquí son tan frias que no sirven, que no tengo nada y no quiero nada mas que la mirada calida de tus ojos negros y el beso salvador de tus labios guindas que me recuerdan porque lo sigo intentando a pesar de todo y nada. El porque de seguir aquí.
Por si interesa este es el poema, ampliamente recomendable.

CONFESIÓN FORZADA

Como no puedo abandonarme a la nostalgia en horas de oficina, como en el restaurante y en el autobús se reirían de mi carota triste; en virtud de que los programas de TV están peores cada día y carezco de otra afición en que gastar las primeras horas de la noche: añadiendo a lo anterior que no es el mío un cuerpazo de galán y que mis éxitos amorosos no suelen ser masivos ni instantáneos,
vengo a confesarte que en estos momentos me gana la añoranza y que daría la luna por volver a verte.
Jose Joaquin Blanco.