Que no me apunten,
por tomar las cartas,
en un juego desigual,
de magnates y superficialidad.
Que no me martiricen,
por olvidar,
como caminar,
en suelos de cal.
Que no me maten por,
usar el verbo liberar,
en un canto,
que están por ahogar.
Que no me digan que soñar,
si yo, lo que quiero es despertar,
de noches de tormentas,
y días de soledad.
Que no me nieguen pensar,
que puede ser buena la humanidad,
de sociedades distintas,
y sin discrepar.
Que no me callen,
por soñar,
en poder cambiar,
lo que llaman vida. |