Que tal, si, soy yo otra vez. Primero que todo les diré en donde escribo, pues he pedido un cuadernillo de notas con un pequeño bolígrafo a el conductor de la carrosa, y me lo ha dado.
Estoy esperando, junto a mis amigos condenados, en la sala de una mansión. Nos bañaron, nos cambiaron de ropa, nos peinaron y nos organizaron las uñas. Se preguntaran porque, y la respuesta es escalofriante.
Estamos esperando al diablo. A que nos lea nuestro designio en el infierno, y cual será nuestro castigo por toda la eternidad. Estamos sentados en unas sillas, enfrente de unas altas escaleras, esperando a que baje el rey demoniaco.
Estoy abrazando al niño, si, el que se lanzó del balcon. Tiene miedo, pues esta solo, pero yo lo estoy acompañando y diciendole cosas buenas para reconfortarlo. Pero lo que él no sabe, es que yo tengo mucho mas miedo, y en momentos me da por preferir estar en el hospital.
Que irreverencia la mia. Nunca les dije como llegué al hospital mental, pues les pareserá algo extraño. Se me apareció un espiritu mientras estaba en la sala de mi casa leyendo, era como un ángel, y me dijo que debia matar a un hombre, y lo hize, lo maté. Luego fui enviado a una celda en una prision, y en un mes me declararon con psicosis. Y paré en el hospital mental de máxima seguridad.
Ahora me despido, pues han llegado unos hombres con uniformes con color vino tinto, y con trompetas, y las estan utilizando, lo que declara que el diablo esta a punto de aparecer. |