y aquel tipo se instalo en la polera del che, se abuso de musica escuchando a silvio y también a santiago feliu, se exprimio con tres libros bien trasnochados y los leyo las veces que pudo para contarle a los amigos, a los vecinos, para besar a su mujer con el nombre de otros hombres puestos en muchas fraces.

instalado en la sombre del che, con la polera puesta, con el diario bien estudiado, con la sonrisa adoctrinada, con el curriculum bien planchado y las causas bien repartidas.

con toda esa burocracia de sueños enteros, rotos, partidos a la mitad, con cuatro canciones más y quizas un dibujo por ahí, haciendose el comprensivo y el rabioso, haciendose el che de noche y siendo solo noche, poco o nada de la razón de una serigrafia que empieza a imprimir una vez y otra la imagen del che.