(intitulado: himno a todos los pelotudos del mundo) Voy a dejar la cagada señores y de paso me iré, me reiré en sus tristísimos rostros armoniosos. Yo soy tal cuál mi madre me parió y eso a ustedes les molesta, venga, que no sabían cuán gruesas son las gotas de mi sangre. Me paro frente a sus arribismos patéticos a mostrarles su reflejo carcomido.
Texto agregado el 01-04-2009, y leído por 243 visitantes. (4 votos)