| SONETO DEDICADO CON MUCHO CARIÑO A LA NO TAN CARIÑOSA HUMANIDAD, A VER SI SE ARREGLA.
 
 
 
 
 NADA MALO ME ES AJENO.
 
 Ay, Terencio, tú no sabes adonde llega tu raza,
 de saberlo hubieras dicho nada malo me es ajeno,
 porque entre hombres y mujeres la maldad no tiene freno:
 mentiroso en lo que dice y engañoso cuando abraza,
 
 persigue al bien por doquier, y al mal le construye iglesias;
 cuando algo da es porque espera, aunque jura lo contrario,
 siempre el cuchillo trapero esconde bajo el rosario,
 finge amor por la natura, y envenena sus especias.
 
 Yo conozco bien al monstruo porque vivo en sus entrañas,
 pues al igual que Martí, corro junto a esa jauría,
 y algunas veces lo bueno quiero hacer, qué cosa extraña,
 
 y es cuando la inteligencia, que ha creado  esta patraña,
 queda tranquila y sin luces, y en silencio y muy vacía
 que me nace la esperanza de acabar con la cizaña.
 
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