Cuando el compás de la lluvia,
enmudece los sonidos más agudos,
entono las mil un canciones del triste recuerdo.
Ese compás que a cada golpetear de las aguas, salpicantes en el duro pavimento enmohecido,
Forman los charcos más gelatinosos y paraplégicos,
que mis huellas se pierden en rastros invisibles.
Que cual triste intervalo de invierno
desaparece los ecos en sonidos lejanos
y se convierten en calles mojadas y solas.
Es cuando camino por el pérfido sendero
tarareando los tristes recuerdos
al son del rocío que agoniza lentamente
y se pierde en los vientos golpeando mi rostro.