LA VIDA NO TIENE GARANTIA
Suenan las sirenas de la ambulancia a plenas tres de la madrugada, va con una prisa sin precedente, como alma que lleva el diablo. Dentro va un hombre viejo con oxigeno artificial sujetando un crucifijo de oro que su padre le obsequio antes de su muerte, grita el doctor:
-¡Enciendan la maldita maquina de electrochoques!.
Sus dos enfermeros en turno corren a tomar la maquina vieja que cargaban para emergencias.
Empieza el doctor a dar de choques al hombre que el primero dejó caer el crucifijo al suelo; sus ojos se pusieron el blanco, así como sus posibilidades de seguir viviendo.
-Enfermero: Creo que se nos va Señor
-Doctor: ¡No!....
Mas preocupado por su reputación, que por la vida del paciente; trato de buscar toda alternativa posible para salvar al hombre que cada vez mas se alejaba de alternativa alguna de seguir viviendo.
Grita el Doctor a quien conducía la ambulancia:
-Apresúrate, podré salvarlo en el hospital.
El conductor que abusa de su habilidad de buen automovilista da una curva un tanto cerrada, sin soltar el pie del acelerador por un instante. A punto el auto de volcar, el crucifijo del paciente se pierde bajo herramientas que cargaban los enfermeros, cae un enfermero sobre el suelo junto a la camilla del paciente, se sujeta el Doctor del un extremo de una maquina inservible que cargaban, el otro enfermero mira hacia el cielo mientras se vuelve como un armadillo, el conductor que abre sus ojos como si estuviese viendo una película de terror en pleno momento cumbre; se voltea el vehículo, sin causar daño alguno, solo el desordenar las herramientas y perder el crucifijo. Da un suspiro de aliento el Chofer, sin percatarse que había cruzado en la curva la línea que divide los carriles de los autos que van y los que vienen; apenas y el conductor ve una luz, sin saber distinguir si era esa luz la puerta al otro mundo o la iluminación del camión que estaba a punto de impactar de frente; se escucha un grito de dolor, muy aterrador de uno de los enfermeros que en el impacto se incrusta una daga en el pecho al caer al suelo; el otro se golpeo contra la metálica pared y rebota en el suelo, muere instantáneamente; el Doctor cae sobre la maquina de electrochoques que le da una carga eléctrica, también fallece y el Paciente que el impacto da vida a su corazón y por ser el mas protegido es a final de cuentas el único sobreviviente.
Ronald Vladimir Vega
|