En sueños Amelia había viajado a paises europeos, se extasiaba mirando revistas de viajes en cruceros y en avión.- Cuando trabaje aprovecharé de ver todas estas maravillas, le decía a su prima Almendra.
-A lo mejor no regresas, te casas con un principe, porque los reyes son mayores.
Y reían felices. Estuvo en Mendoza cinco días con sus tíos y primas autorizada por los padres.Y entonces crecieron sus aspiraciones.
Ahora es mayor de edad, trabaja en el Banco y economiza todo lo que puede para comprar monedas y cuando llegue ese feliz momento, el pasaje. Sabe que a lo que se case no podrá hacerlo. Su novio al que adora, no está dispuesto, el se declara más cerebral y práctico:-Se comprará un automóvil.
Llegó el día, el nerviosismo de sus dos amigas Cecilia y Almendra era más notorio. Las tres iniciaron sus trámites, los pasaportes ya los tenían. No cabían en si de gozo hasta estar listas para esperar el cercano día en que volarían hasta Sao Paulo. Lucas le hizo un pequeño préstamo para un imprevisto. Si no devolvería ese dinero al regreso, el privilegiaba el hogar y la relativa seguridad de un empleo.
-Y algún día tal vez haremos un viajecito juntos. Cuando los hijos que vendrán sean grandes.
-O sea nunca, estaremos viejos y tu más cómodo.
Amelia con sus amigas regreso encantada, pero había algo oscuro en el brillo de la mirada, no debería contar a nadie todo lo vivido, (lo habían juramentado,) una locura imborrable, pero tenía una inquietud de las preguntas inoportunas que sin querer le haría Lucas, cariñosamente.
Antes de los cinco meses Lucas y Amelia se casaron una mañana, rapidamente, en privado, no había tiempo de fiesta ni nada parecido.
Y estaban contentos salían muy poco y recibían en su casa contados amigos para servirse un trago y ver alguna película, otras charlar y escuchar música.
Las futuras abuelas tejían y llegaban con paquetes para el nieto. Las amigas le regalarían cuando supieran el sexo del bebé.
-No sean miserables, chiquillas.
- Es por el color, niña o niño.
-Ya. El color no tiene importancia.
-Tú sabes que si.
Se completan los días de gestación y el bebé se anuncia al atardecer. Rapidamente a la Clínica. Nació a la madrugada, un niño amoratado. Explicable por el cambio de temperatura, el aseo y los exámenes.
Lucas dormitó ahí, al lado de ella, apenas había visto su hijo. Lo esperaba con ansias y un sentimiento de cariño.
Se abre la puerta de la pieza numero seis y reciben dichosos y con orgullo al hijo.La madre temblaba y el padre conmovido le frotaba las mano y se acercó a la cuna donde acomodaron el bebito.
Un precioso mulatito de pelo oscuro. |