“Debe haber sido un sueño”, le comenté a Jorge.
Sentados a la mesa de aquel viejo café, silencioso el domingo por la mañana, me parecía que alguien me escuchaba. Bajé la voz para decir: “aunque no lo creas, me enamoré de otra mujer”
Jorge me miró serio y luego lanzó una carcajada. El mozo, que pasaba un trapo sobre la mesa cercana, saltó casi asustado, y luego se rió también, mientras yo los miraba, a punto de enojarme. “Vos, el tipo mas serio del mundo, un tipo normal, que jamás miró a otra mujer, mas allá de a su mujer” “No lo dudes, seguro que fue un sueño” “Ja”, rió con cara de pícaro y tonto a un tiempo, “Ja, ja” “¿Y te la levantaste, che?”
Me dolió que se riera de mí, aquel viejo amigo, el único amigo a quien le contaría una cosa como la que me sucedía. Dolido, en cierto modo incomprendido, dije: “No la quise levantar… la amé”
Me miró sorprendido ahora. “¿La amaste?” “¿Y si no querías levantártela, para que la querías?”
No podría creer que Jorge me desconociera así. Claro, muchos años sin vernos, nos habrían cambiado. Cuando jóvenes, habíamos tenido largas charlas sobre el amor. Y coincidíamos entonces en la belleza de amar, de sentir en el cuerpo el escalofrío. Y coincidíamos entonces en que el sexo forma parte del amor, pero no es el amor. Y ahora todo había cambiado.
“Es que sentí el escalofrío” “Miraba sus ojos, la veía sonreír y cada músculo de mi cuerpo se conmovía” “Temblé, transpiré, sufrí, quise llorar, esperé respuestas, le dije “te quiero” casi sin quererlo” “Recorrí calles esperándola, la vi mil veces en siluetas que no fueron ella, me acosté recordándola, me desperté esperándola” “Le llevé flores y regalos, disfrutando de sus sonrojos”.“Fui feliz de sentir mi cuerpo conmovido por ella”
“¿Y no te la querías llevar a la cama?...” “¡Dejate de joder…!”
“Vos deberías conocerme”, dije. “Sabés que jamás engañaría a mi mujer” “Nunca pensé en engañarla, pero me enamoré de otra”
“Vaya”, dijo entonces, “¿cómo es ella, la que te enamoró?” “Debe ser la mujer mas linda del mundo”
“No” “Sin duda, no lo es” “Si, creo que cuando sonríe por encima de sus anteojos, tiene la sonrisa mas linda del mundo” “Y es alegre, llena de color, bondadosa y simple”
“Pero no es la mujer mas linda del mundo, ni debe ser la mas buena, ni la mas alegre, pero me enamoré de ella”
Ahora Jorge estaba atento. “¿Y se lo dijiste?” preguntó. “Sí” “Le escribí un cuento, donde ella era una princesa…” Y cambiando la voz, agregué: “porque es una princesa” y seguí: “y le ofrecí mi corazón.
“¿Y que pasó?… ¿qué te contestó?”
“Que no podía aceptarlo” “Que sabía que de aceptarlo, me dañaría y se dañaría, y que yo sufriría mucho”
“¿Y vos que hiciste?”
“Nada, solo la seguí queriendo, enamorado” “Y solo me importó verla, estar cerca, escuchar su voz, mirar sus ojos”
“Pero vos dijiste que debe haber sido un sueño… ¿por qué lo dijiste?
Lo miré. “Es que esto no me puede haber pasado a mí, despierto” “Siempre tuve cuidado de alejar de mi a quien me gustara, para no arriesgar mi vida matrimonial” “Y a ella la acerqué, la busqué, le hice notar que me gustaba, y por fin le dije que la quería.” “Eso solo en un sueño podría sucederme” “Y no sabés las ganas de decirle mas cosas, de tocarla, de besarla…”
Se rió de nuevo ahora. “De besarla… ¡¿No la besaste?!” “Sos un tarado” “Seguro que te mandaba al diablo”
“Seguro que si” dije, dolorido, “pero no fue por eso que no intenté besarla”. “Fue porque la respeto, y respeto a mi mujer”
“¡Mas que tarado… tu mujer no se hubiera enterado”
“Me hubiera enterado yo, y creo que ella no hubiera querido”
“¿Viste?… lo que te dije” se rió otra vez. “Te hubiera mandado al diablo.”
“Por supuesto” “Y saber que ella no me quería me dolió” “Pero disfrutaba mas de quererla. Disfrutaba de sus sonrojos. “Y ya te dije, jamás quise levantarla”
“No te quería, no te dejaba tocarla, te hacía sufrir, no te la querías levantar, y sin embargo la seguías queriendo… ¡sos un masoquista, te gusta sufrir ¡” dijo, enojado, levantando la voz, mientras el mozo miraba, tratando de entender de que iba la conversación.
“Es cierto” dije resignado, “pero yo siento eso” “Y para colmo ahora tiene novio”
Me miró con cara de repugnancia. “Sos un boludo” dijo con los dientes apretados. “Espero que haya sido un sueño”
“Sí”, dije yo. “Debe haber sido un sueño” “Porque la sigo queriendo”
Me miró con cara de lástima ahora. “Yo pago el café” dijo.
Me levanté triste: Mi amigo no entendió lo mas importante.
“Yo la amo, dije casi gritando ahora “No quiero poseerla, no quiero acostarme con ella. Solo quiero seguir cerca de ella. Quiero estar cerca por si un día me necesita. Quiero estar cerca porque si un día quiere llorar, tenga un hombro donde recostarse. Y si quiere compartir su felicidad, pueda reírse conmigo”
“Amar no es poseer…amar es ser feliz de la felicidad del amado”
Se dio vuelta antes de alejarse y sonrió. Puso su mano derecha sobre l a sien e hizo un movimiento de destornillador.
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