Tus dedos son los hilos que comienzan a aferrarme de la vida, poco a poco, lenta y maravillosamente te acercas a mi. Tengo una vida entera repleta de miradas, tengo mis manos libres para darte cariños que nunca di. Y tengo mi pecho que sigue latiendo y mis oídos que están para oírte, mis ojos, mis zapatos, para recorrer el mundo y deleitarme con tu risa... cuando me haces reír.
Hay gotas de agua que no caen de las nubes, si quieres las podemos ir a buscar, las guardamos para nuestros viajes por el desierto y las vaciamos cuando lleguemos al mar.
Brindaremos, amor, con lo que llegue a nuestras copas, con la lluvia, con tus rayos de sol, con tus ojos. Es el viaje de una vida de sueños que ambos juntamos en una esquina del camino alternativo de esa vía que hace mucho dejamos de seguir.
Eres un hombre, no un angel, no un guía, eres mi compañero de vida, que se acerca cual guerrero griego a mi, mientras mis ojos buscan los tuyos y tengo el presentimiento de que eres tú el que tenía que venir. |