Si te vas Isabel, tu Dios te castigara, te buscaré en donde te lleve tu destino.
En la cueva más profunda del mar, donde te mantendrá encerrada Poseidón, para qué, ¡yo! No te consiga, nadaré las distancias más profundas y cruzaré los mil y un arrecifes para llegar a ti, donde nuestro amor se consumará al movimiento de las olas.
Oh, Isabel, Isabel.
No desespere, estaré detrás del tiempo para que ese instante permanezca en nuestras vidas, hasta el final de nuestro días.
Te encontrare Isabel.
Los peces, nadaran en el faro de la encrucijada mostrando el camino, para que nuestro amor no se marchite por el encierro y nuestro diminutos cuerpos permanezcan conectado en alba crepuscular de los sentimientos, que no lo detendrá las barras de arrecife, que te mantienen en cautiverio.
Isabel…Isabel
Por ti, llegare a ti.
Elisanne M, Zabaleta
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