Un niño mira la luna
En tantas partes quebrada,
Que de sus manos escapan
Cuando pretende juntarlas
El rostro ansioso levanta,
Sucio de verdín y fango,
Y arriba la luna intacta,
Curiosa lo está mirando
El pie retira del charco,
Y a orillas del mismo aguarda
Viendo en el húmedo espejo,
Que la luna baila y baila
Un hombre pasa a su lado
Y al ver del niño la angustia
Aquieta del charco el agua
Y quieta queda la luna
El niño y el hombre miran
Las mansas aguas del charco,
Mientras la luna les pinta,
Sutiles hebras de blanco.