Te veo en tu patiecito de barrio, en los 50', reinado de la radio, del tango, de las orquestas en vivo. Vos escuchando mientras planchás, sudorosa, en tu vestidito estampado de flores chicas, en tus pies descalzos sobre las baldosas rojas, frescas bajo la trama de tu piel. El ya está por llegar, ahi te grita tu vieja:"Nena, que es tarde y viene tu novio".
Vos ya regaste las plantas, le diste de comer a tus canarios, te arreglaste el pelo con esmero y un poco de agua florida para el escote. A el le gusta, es tu esperanza "Nena" y algo más.
El está a doce cuadras, en un cuartito de alquiler de la calle Honduras. Y está en honduras, en las de una viuda que lo vuelve loco, y ella muere por él. Pero no es el caso, le lleva mas de quince años. No se permite esa traición de amar al hijo de una de sus amigas pero no lo puede evitar, asi que lo abraza contra su pecho y lo quisiera allí para toda la vida...para toda la muerte también. El le dice barbaridades al oido y ella le contesta que no sea loco, que eso no se le dice a una mujer a la que no se le paga más que con besos,a una mujer de su casa, aunque tenga un amante joven.
El se levanta, piensa en la Nena y en que lo tiene medio engayolado, preso de sus manos. Y qué dificil amar a dos mujeres y a dos tan diferentes, una lo enloquece con sus gemidos mustios, con su desmayo de amor desesperado, entre sus piernas que lo arrullan enloquecidas como si le dieran la vida misma.
Y la otra, la otra es una florcita que quiere arrancar con manos espinosas, tajearla para él, ponerle firma y sello, de puño y letra.
Qué cosa amar a dos minas, cosa común además, ¿ Quién no lo ha vivido?
Pero ¿Cómo salir?. No sabe.
Ella está a doce cuadras, en el fondo del patio pasando la huerta hay una pequeña habitación donde guardan las herramientas su padre y su abuelo, toda llena de palas y tarros con semillas.
Y la Nena está contra una de las paredes, asustada porque ya tiene que estar por caer el novio pero no puede zafarse, de verdad no puede. Con las manos abiertas y los brazos extendidos se aferra a la pared. A ella se aferra su primo con uñas y dientes y le dice barbaridades al oido mientras la hace de él por milésima vez en sus vidas. Ella adora esas palabras a borbotones que no deben escuchar las señoritas de su casa, las novias probas, las damitas jóvenes, y mientras el la goza ella lo goza más porque está prohibido, muy prohibido lo que hacen. Ella es una chica de su casa. Y nadie lo supo nunca, si son casi como hermanos y todos los ven tan compañeros. ¡Qué amor de primos!- comentan.
Ay! Amar a dos hombres tan parecidos, tanto, uno no la toca pero la desea y sabe que tarde o temprano va a ser su mujer pero este es su hombre y lo va a ser por siempre, el primero y el segundo y el último.
Y su novio correctísimo tiene la mirada fiera de su primo, y las manos se le escapan a veces, pero se contiene. Pobrecito, ¡Si supiera!.
Mientras llega el placer, mientras le tiembla el pulso de locura y el alma de miedo da vuelta la cabeza con violencia y lo besa en la boca, le pide que se apure, que ya es tarde. Y lo lamenta, ojalá durara toda la eternidad.
En el patio, verdadero refugio de geranios, malvones, y una glicina infaltable se escucha un tango macho del 40' en la voz de un polaco joven, un tal Roberto Goyeneche, sin temblores y con estilo inconfundible y un grito:
"¡Nena, apuráte che, que ya viene tu novio!"
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