Pudo ver como en uno de sus ojos, la sangre se amontonaba en un rincón,
entonces, cerro la boca, apretó fuertemente los dientes, pudo sentir como la lengua
se esforzaba por respirar detrás de ellos.
-Partida el alma, los ojos son tan solo espías silenciosos de la nada-
Depositó su cuerpo al costado de un camino sin retorno, transitó el sendero en donde los vivos apostaban a los muertos sus monedas.
-Nada subsiste así, cuando la muerte triunfa en los muelles enajenados de un planeta sin voz-
Pudo ver que era una batalla perdida antes de nacer, que dos mitades, siempre son dos mitades, que los latidos siempre son individuales.
Colmada la alquimia animal, la sangre caliente se enfría y se aleja como una sonámbula
a los laberintos de los sueños remotos.
-¿Dónde buscar entonces la sangre amontonada en el rincón de su ojo izquierdo?-
Solo la memoria desborda sobre la herida abierta, divide los vínculos.
-El agua avanza, el agua se aleja, el agua arrastra los restos-
El universo naufraga en sus ojos, el es el secreto, el vértigo que lo empuja a la tierra que lo sepultara…
|