Hay veces que la incompetencia me sigue
Y la golpeo con mi ira y el odio que aun vive,
Otras tantas me suelto en llanto abrazado a mi soledad
Y el silencio infeliz me consuela, me aconseja, se queda.
El refugio tan bello que se me ha dado no lo he honrado.
Debo ser un hombre fuerte al sentirme un niño blando,
Debo saber llorar de nuevo con la soledad y la quietud,
Debo olvidar aquellas fantasías idiotas de esa plenitud.
Hay veces que no puedo ver a ese hombre que tanto me mencionan,
Hay veces como esta que me pierdo en mí y deseo manifestar lo que es;
Aunque me juzgues, aunque te burles de mí… es lo que deseo hacer,
Porque más adelante bien sé que de pie debo de permanecer de pie.
Debo reconocer que aun tengo pesadillas donde salen mis miedos,
Donde no puedo caminar, donde no puedo seguirla, donde no me mira;
Debo reconocer que mi razón es un mediocre y sórdido intento,
De mirar aquello que no veo venir, aquello que en mí no veo que exista.
Me pierdo cuando debo tener el mapa en las manos,
Trato de sentirme deseado cuando mi actitud es indeseable,
Intento volar muy alto sabiendo que soy vil humano,
Quieren que me mantenga de pie si quiero estar arrodillado,
Juzgo cuando yo soy también un miserable culpable,
Cuando yo no puedo perdonarme, cuando no puedo levantarme.
Indeseable, no viril, egoísta… ¿ese realmente soy yo?
Débil, blando, idiota, vacío…. ¡ESE NO PUEDO SER YO! |