Por la calle del tequila

Un día de 1890 un tonto e iluso ebrio sin esperanza de llegar a ser algo en la vida se encontraba bebiendo en una horrible, repugnante y apestosa cantina donde todo lo que se respiraba se iba directo al cerebro de los ya de por si tontos ebrios del bar.
El ebrio iba saliendo cuando torpemente tropezó, se golpeo la cabeza y su pensamiento desvarió por un segundo, después de eso se levanto algo mareado y continuo su camino a casa.
Al llegar a su casa borracho y adolorido por el golpe el alcohol hizo que se diera cuenta de que no tenía nada realmente solo seguía en el pueblo por su trabajo que era horrible cuyo sueldo era miserable y una casa de adobe a punto de derrumbarse.
Día después cansado de su triste y miserable vida abandono ese horrible y depravado pueblo que lo vio nacer, partió hacia una ciudad en acenso en la que cualquiera podría triunfar.
Semanas más tarde el ebrio se encontraba en otra cantina bebiendo como cerdo, ya borracho le dijo al tabernero.-Yo hago un mejor vino que la porquería que usted vende. A lo que el tabernero le contesta.- Tráigame un poco de su famoso vino y si me gusta lo hare rico.
Al día siguiente llega el ebrio muy temprano a la cantina del tabernero con su botella llena de su vino, al ver la botella el tabernero de inmediato rio y dijo.-Mi tonto e iluso amigo eso no es vino, Con una sonrisa dibujada en el rostro pero queriendo matar al tabernero por llamarlo tonto e iluso contesto.-No lo es yo lo llamo tequila. Con gran curiosidad el tabernero tomo la botella y bebió hasta acabárselo, ya ebrio el tabernero dijo.-Mi buen amigo lo hare rico.
Años después de lo ocurrido ese tonto e iluso ebrio convirtió en el hombre más rico de todo el estado donde vivía y cada ebrio desquiciado que veía les des decía.- Mira a tu alrededor ¿crees que eres grande? Pues no lo eres ante mí, lo importante es que cuando tú bebes eres grande para ti.