Historias sobre caballeros y princesas, castillos y dragones..........inundan siempre mi mente inconformista. Por ello, cada semana, mis pies me llevan a las salas de la biblioteca de siempre en busca de sueños que alimenten mis fantasías cada noche. Inguir millones de páginas plagadas de palabras antes del fin del mundo ayudan al espíritu volar lejos de la tan traicionera realidad, la cual, golpea a cada hora mis defensas con su puño devastador; más fuerte se hace con cada hora amenzando con reventar mi conciencia ya lo bastante agrietada, colandose cada vez con más garra por las fisuras a pesar de mis tantos intentos frustrados de rellenar los huecos con optimismo.
"Deberías ser más objetiva": - retumba Desconocida en mi cerebro.
Con suspicacia doy oido a las voces, escondo mi boca cerrada detrás de las alas encadenadas. Aprieto los dientes negandome a roer los huesos ofrecidos por payasos de mil caras.
¡ Pobres bufones! Intentan inculcar sus falsos valores y felicidad inexistente a una pared de hielo inquebrantable...recitaria sin fin los semblantes de la ignorancia.
Salgo con la cabeza separada del cuello al encuentro con los espectros, que antaño fueron bestias quedandose tullidas con el paso de los siglos, pero con la fuerza de la integridad intacta. Morian, dejando paso a los arcianos escualidos cuyas ramas ofrecían apoyo a nuevas esperanzas.
¡Árboles de la vida! Vida que nace brotando entre la podredumbre y poco a poco disimula las fronteras con su fragancia.
Abriendo los postigos al mundo, esperando inhalar con necesidad ciega algo de fe, pero con horror me doy cuenta de que aquel perfume ya no existe y las pocas gotas de su sombra desfallecen al darse cuanta de que están invenenadas. Con desesperanza lanzo la mirada suplicante al cielo en busca de ayuda divina, exclamando plegarias absurdas hacia la eterna lejanía sin recibir respuestas inmediatas. Mi pequeño ser vuelve a agonizar delante de mis ojos que a penas ya pueden delatar cualquier huella de sentimientos. Y con impotencia vuelvo a conteplarlo perecer; incansable, me quejo en el empeño de revivir sus latidos. Duele comprender que a nadie más le importa.
Arta de este aire y sol. No quiero la vida que ofrecen, pero más estúpido sería negarse a existir. Todo hombre se pierde en la oscuridad. Otra vez me siento confundida: " Y si me atreviera entrar en la boca del lobo, oh! que maravilloso sería trotar entre la niebla con aroma de mil fantasías". Encerrada en el cascarón por voluntad propia, encantada, observando a las tímidas doncellas y a los atractivos caballeros (otros no tanto) pero entregando por igual sus vidas por amor en cien y una batallas, castillos mil veces asediados, pero que vuelven a resistir fuego y rayos con mil veces más firmeza. Los hombres defienden su hogar con sangre y no importa cuantos dragones mande el duende fanfarón y fantásma llamado Destino, los hombres perdurarán.
Infierno o paraiso. Iterno dilema. La tierra se doblega bajo las piedras y los astros bajo el humo del conformismo. Sin más protestas, la vida es un cuento extraño que de mala gana me toca leer, pero no sería demás preguntarse: "¿Cuántas estrellas tedrán que seguir desfalleciendo?" |