¡como deseaba echarme y dormir!

frente al mar escuchaba las olas y los pasos de soleados cuerpos de hombres, mujeres y niños. un ave blanca con negro se puso cerca a sus pies. cogió un poco de arena y se lo tiró al ave. esta partió sin mirar atrás, desapareciendo por el zenit... una brisa tocó su rostro. sonrió de oreja a oreja. recordó su juventud, sus manos sobre una chica, sus pies quemándose en la arena, el olor de camote y chicha por la entrada a la mar, los ojos de las chicas hermosas, sus piernas bronceadas y lisas como el mármol. cerró los ojos y con sus lentes oscuros se dispuso a domir...
cuando abrió los ojos, todo estaba oscuro. las luces de las estrellas dejaban un destellos por la mar. se paró como pudo y sintió que los años apagaban toda su realidad. cogió su bastón y andó rumbo a su casa de playa. llegó, encendió las luces y con su mano, abrió una lata de cerveza. la tomó toda. miró por la ventana y mucha gente pasaba con sus cuerpos cubiertos por ropa de verano. sintió los recuerdos así como las olas de la mar... soñar es un inmenso refugio de esta realidad, se dijo. miró su cama. apagó las luces y se arrastró a dormir como fuere...


san isidro, marzo de 2009