Aquél era una lugar donde la luz nunca se ocultó,
donde ella siempre quiso abandonar su caparazón
con manos y pies trataba escapar
pero su suerte estaba echada
y a ello estaría siempre atada
Cuando sentía que alguien se aproximaba
sus ojos eran lamparas que todo alrededor iluminaba
trataba con ello llamar la atención
pero los transeúntes con afán de rendir el día
hacían caso omiso e ignoraban lo que ella advertía
Nadie nunca se preguntó
que era aquello que de repente todo iluminó
la gente vivía feliz con todo irradiado
y sólo trataban de sacar provecho
mientras ella seguía sola y sufriendo en su lecho
Hasta que una mañana -o noche, ambas eran igual-
ella cansada de vivir su gran mal
llorando pretendió su tristeza consolar
fué entonces cuando el cristal se rompió
y aquella bella dama de su encierro se liberó
El cielo se apagó
la gente se preguntaba que pasó
pero solo alguién supo dar la razón:
aquella bola de cristal que a lo lejos se veia
que no se supo lo que dentro había
No era más que una mujer condenada a no llorar
quién de pequeña con lagrimas todo quiso solucionar
entonces su madre pidió a un viejo mago
darle una lección que le dejara un recuerdo mas que vago
el hechicero la encerró en un caparazón
advirtiendole que solo se abriria cuando llorara de corazón
Por siglos ella vivió colgada en el cielo
pidiendo a todos para su mal algún consuelo
pero jamás alguien se apiadó
por eso ella sola de si mal se separó
Ahora sabemos que las estrellas son destellos de aquel cristal en el cielo
mientras sus lagrimas son el más grande lucero
nuestra bella protagonista se sabe que lejos huyó
pero a nuestro mundo con su sincero dolor por siempre iluminó
Texto agregado el 20-03-2009, y leído por 111
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
20-03-2009
me ha fascinado, un texto leyenda - poema, estupendo***** JAGOMEZ
20-03-2009
interesante i_malu
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