Siglo XXI y la nena cumpliendo 20. Yo con 2 flores, claro… Claro, eso mismo.

La puerta de madera… Acera quebradiza… Dedos temblorosos… Una peste de contorsiones y su mirada perdida. Pálida como Amy Winehouse, lenta como mi abuela (saludos a mi abuela) Aturdida quién sabe porqué… No podía llevarle 20 flores… Mi economía yacía debajo de sus tobillos –Sandalias costosas.
- Tomá amor… Estas flores son para vos.
Sin elogiar mi detalle, se dispuso a darme un lapo.
- Sonreí, creyendo en la suavidad de su mano…
Agarró las flores y los tiró al suelo y a continuación los pisoteó y escupió sobre el par... Me cerró la puerta… Y pronto me apacigüé. -Ella jamás volverá a ser mía –
Entonces me di cuenta de que la mejor de las ideas era salir corriendo, eso por la hemorragia… Y por el horario, la tienda cerraría… Tenía que comprar otro par… La tienda de flores, no comprende… Ellos me siguen vendiendo… Como en sus mejores tiempos.

Will