Tétrico, desolado, poco inspirador, es el desván de mi abuelo Judson, en donde ahora me encuentro encerrado, no se ni siquiera porque estoy aquí, en este lugar que es mas bien parecido a un panteón, no lo entiendo, si me he portado bien con mi abuela, y con mis padres, no comprendo, si he echo toda mi tarea, si no he salido a jugar sin permiso.
Ya no se ni que pensar estoy aquí aproximadamente desde hace 110 años y nadie ha abierto la puerta del desván, me siento solo, bueno, en realidad no, los roedores he insectos que aquí habitan se han hecho parte de mi, me cuesta trabajo despegármelos de mi piel seca, y agrietada, pero en fin es la única compañía que tengo, y pecado seria despreciarla.
Al parecer este desván era de mi familia, no lo recuerdo bien, puesto, que tiene mucho tiempo que no se de ellos, pero en fin, este lugar es una bóveda llena de reliquias in valuables, y algunos trapos viejos que han servido de sustento para este frio tan seco que me quema la piel, aunque a los roedores les sirve de cama, - bien por ellos- , pero sigo sin entender que he hecho para merecer este castigo inhumano, ¡que he hecho!, ni yo lo se, en este lugar he vivido mis peores momentos, ya los insectos no me saben, esa especie de baba que obtengo de aquel hoyo inmenso como de una tumba, no me sacia la sed, seguramente, porque a mi papa se ocurrió quitarme la lengua cundo, un día me comí un dulce sin permiso, hay ¡hay!, que he hecho, lo que si he hecho es nada mas ser muy bueno en la escuela, y jugando soccer, pero no basta, bueno, eso creo.
Ya paso otro día mas y aun nadie viene por mi, que no le importo a mi familia, seguramente mi único pecado, fue seguir a mi amada, una jovencita delgada y rubia, con un rostro angelical, y unas caderas enormes, pero en fin, yo la amo, aunque no la encuentre, mis padres no aceptaban a Cenaida, mi novia, y me dijeron que era un poco rara, yo no se ¿porque? Si era perfecta, a excepción del ojo que le hacia falta y de su prótesis de pie, pero en fin.
Así que me prohibieron verla durante 90 años, así que vine en busca de ella al desván, y cuando entre, alguien cerro la puerta y no la volvió ha abrir, me encerró, lo bueno es que encontré a mi amor, y conseguí algo modesto aquí, una lapida con su nombre y el mío, ahora vivo junto a ella, bueno querido diario, es el primer día que escribo en este pedazo de costilla y salió bien, me voy por que me habla Cenaida.
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