Soy como una roca que acaba de partirse
sabiendo que sólo el tiempo y la acción del mar
podrán pulirla suavizando sus afiladas heridas.

El tiempo que hace que no te veo
está todo aquí...comprimiéndote en mi sistema,
recorriendo mis terminales
y la única almohada que quedó en mi cama.

Y en mí vive el embalse
que te contiene en todo momento.
Soy ese alguien que te habla esquizofrénicamente
como si realmente estuvieras junto a mí.

Ese alguien que mareas desde tu recuerdo azul
hasta provocar el desteñido de tu esencia
humedecido a lagrimal abierto.

Los rayos de sol se filtran temerosos
trayéndote en su polvillito de oro
hasta enhebrarte en mis pupilas perdidas,
colándote en los rincones sombríos de mi alma,
en estos precisos momentos en que la vida
me está dando vuelta la cara.

¡Te lloví tantas noches! ... ¡Te lloví tanto tiempo! ...

A veces creo que no puedo
contra la locura de amor que me inunda,
pero si se que,
también barranco abajo
las quebraduras del alma sueldan.

Y te doy las gracias por existir en mí,
como comandante de este jet de sueños.
Un jet que no sanará sus heridas
hasta el día que desvíe su objetivo hacia otra pista
y levante vuelo
surcando un cielo ajeno.

Te amo...