...y platicaba con mi árbol, el de las hojas secas, apenas y tiene unas cuantas.
Le mostré mi escrito, quería que lo leyera.
-Quieres que te lea? Me dijo, con su voz tan vieja y dulce.-
-Sí por favor-. Le contesté.
-Pero claro!, cómo no lo supe antes. Es otro de tus escritos, ¿cómo se llama este?...AblandamientoS eh.-
Me dijo al ver mi escrito en una de sus grandes hojas.
-Es para ella no es cierto?-
-Así es mi amigo, de nuevo me hace escribir.-
-Si estuviera aquí ahora, qué le dirías? -Me dijo tan
serio e interesado, a él siempre le he preocupado.
-Me causa risa, tanta risa, rió de tanto gusto. Lloro de tanto gusto. Te abrazo de tanto gusto... y doy mi vida por ti de tanto amor.-
Eso fue lo que dije cuando con mi mirada perdida, flotaba de nuevo en las nubes con ella en mis brazos.
-Eso le dirías eh, déjame verte.-
Me tomó con sus ramas el rostro y me miraba fijamente. No sé porqué lo hacia pero seguro que era algo importante, él es muy sabio.
-Sí, eso le dirías.- Me dijo.
A continuación levantó sus ramas con la hoja de mi escrito hacia la luz del sol porque casi ya no ve mi viejo árbol. Cuando terminó de leer bajó sus ramas y se quedó observando el suelo, por un rato, mientras yo admiraba su magnifica postura.
-Lo sabe?- me dijo después de un rato, -sabe ella que le escribes?, acaso sabe ella que la adoras? sabe que le llamas princesa? sabe que eres su poeta? que sueñas, que oras y pides por ella?Dime acaso lo sabe?-
-No, no lo sabe.- Apenas y pude contestar.
-¡Y qué esperas para decírselo! -Me dijo, mientras sus ultimas hojas secas lentamente se le caían. |