LA REALIDAD DE NUEVO
En una ocasión, durante una fiesta en casa de un amigo, se me acercó una mujer bellísima y, mirándome de una forma balsámica y serena, me preguntó ¿Y tu que haces en la vida real? Yo, sorprendido por lo conceptual de su pregunta y, sintiendo una gran empatía hacia ella, pues podría habérselo preguntado yo, pero soy tímido. Como digo, sorprendido, busqué en mi archivo interno y, como un resorte salió la respuesta: me coloque junto a ella, toqué su cutis, miré sus manos bellas de mujer, olí su largo cuello, la tomé las manos y pregunté si bailaba. Asintió con la cabeza. La sensación junto a esa persona, cercana y sensual, me dio, al punto, la respuesta a su pregunta. Contesté sin dudar –en la realidad que vivía frente a ti, hace unos segundos, era un ser intentando comprender una situación compleja por muchos motivos que no vienen al caso. En la realidad actual soy un hombre cargado de energía, que ha superado su timidez y que, como en un mundo nuevo, se propone estar a tu lado el mayor tiempo posible. Ojala mi próxima realidad, de la que no estoy exento, sea como esta -.
La realidad se pone en entredicho como concepto generalizado, es decir, como concepto objetivo, pues está sometida, con seguridad, a cambios de forma permanente, provocando en los observadores percepciones, sensaciones y toda una serie de sucesos de diversidad interpretativa por el individuo, que la sitúan como algo de patrimonio personal, haciéndola así un acontecimiento de carácter subjetivo, ya que le brinda a cada cual la posibilidad de interpretarla como quiera, pueda o sienta.
Esto es así porque la noción que tenemos de las cosas que nos hacen creer en esa realidad son una cantidad grande, variable, normalmente no concluyentes ni definitorias, y sobre las que además no tenemos ningún control. Para poder llegar a generar una idea satisfactoria (sostenible y creíble), sobre la realidad, habríamos de creer y conocer a fondo las materias a las que se encuentra sujeta nuestra existencia, (según criterio de cada uno), teniendo en cuenta que ésta se sostiene, como el hecho de la vida, integrada en un universo inevitablemente sometido a los cambios constantes que afectan a lo que nos rodea. Tendríamos que empezar por creer en un concepto continuado, que sepamos por qué arroja acontecimientos nuevos cada segundo en cada lugar. Por eso creo que quizás lo más difícil es asimilar que todo ello hace que esté afecta a nuevos rumbos permanentemente. Es difícil tener un concepto firme sobre algo de éstas características, es más, es difícil tener un concepto claro, y creo que es imposible tenerlo constante, debido como digo, a los cambios permanentes que operan en nuestro entorno, muchos de ellos provocados por nosotros mismos.
Podemos deducir pues que la realidad, de acuerdo a lo anterior, es un concepto que cada uno obtiene de su interpretación, y cada ser aprecia los fenómenos que le rodean de manera diferente, por lo que la realidad se convierte en algo aleatorio y de carácter subjetivo y variable para cada cual, según se quiera interpretar. Creo también que si hay alguna materia que produce cambios constantes en especial, es la física, especialmente la cuántica.
Importancia de la ciencia
Efectivamente, no podemos olvidar la ciencia, especialmente la Física Cuántica. Por supuesto existen otras cosas, como la filosofía, la poesía, nuestros estados de capacidad receptiva, escéptica o dogmática, nuestro ánimo, los astros (el universo es sorprendentemente capaz de modificar nuestro comportamiento y nuestra realidad), nuestro entorno inmediato. En fin ¿Cómo podríamos llegar a creer en algo que podamos llamar realidad hoy, y mañana también, si en ese periodo de tiempo nos vemos sometidos a un estado de situación distinto? En el caso de que fuera constante habríamos de descartar de nuestras herramientas para el avance, ciencias como la epistemología, de la que se ha dicho que es “la rama mayor de todas las ciencias”. Ella es una de las causas por las que se producen cambios constantes en la realidad que demuestra la ciencia. La epistemología (del griego, ἐπιστήμη o episteme, "conocimiento"; λόγος ologos,"teoría") es el estudio de la producción y validación del conocimiento científico.
Esto es, sin duda, la eterna lucha contra nuestra propia creencia sobre un tema del que, yo personalmente, tengo poca capacidad de reconocer de una forma que me permita hacer de ello algo de mi patrimonio intelectual, con el criterio de que se trata de un concepto definitorio, de un pensamiento que arroje el principio de continuidad que, hasta ahora, no he podido tener. Sencillamente porque de forma permanente se muestra variable en su aspecto. Esto me lleva a pensar y comprender que no hay una realidad verdadera, y mucho menos constante y generalizada. Esto hace que incluso en ocasiones dude de que sea, nunca mejor dicho, real.
No obstante el hombre, como animal inteligente, ha creado una sociedad basada en un sistema que pretende hacernos creer que la realidad es algo definido sin dudas, “homogéneo”, igual para todos y, como ya he dicho, algo de carácter definitorio, e incluso definitivo. Bien, creo que los cambios producidos en nuestro mundo y en el cosmos, demuestran que eso no es así, como también lo demuestra la ciencia en su exposición tenaz y constante de los resultados de su imparable obtención de descubrimientos a través de la imparable investigación, de la que se desprenden constantemente nuevos criterios y teorías demostrables. Pongamos un ejemplo, y hagámoslo metafóricamente, veamos como se muestra la realidad en una ciencia como las matemáticas. En matemáticas, para exponer algún criterio, desprendido de la investigación, y hacerlo obligatoriamente creíble y aceptable (real en su contexto), es necesario demostrar que se trata de algo irrefutable. Por ejemplo el caso de un teorema. Se llega a la conclusión de que se puede hacer, obligatoriamente aceptable, por lo que su propia definición dice: “un teorema es una exposición demostrable”. El concepto de realidad en nuestra vida cotidiana, en un universo en el que, desconociéndolo, estamos inmersos no es tal cosa, es más, es susceptible de ponerse en entredicho constantemente, como han demostrado especialmente La Física o La Filosofía en distintas ocasiones. Especialmente la Cuántica.
. Ejemplo
Pongamos un ejemplo que, si bien no es determinante o científico, es muy “gráfico” a la hora de determinar el concepto que queremos mostrar, exponiendo un caso de ficción que, aunque se trata de una exposición simple y banal, puede arrojar una demostración de lo que queremos hacer ver. El mismo acontecimiento, en el mismo lugar, a la misma hora, puede no suponer una realidad igual para distintos observadores. Supongamos que cuatro hombres juegan al póker. Cuatro expertos que juegan habitualmente en el mismo sitio. Cuando han pasado dos horas estos hombres viven una realidad en la que se encuentran inmersos. Ellos ven su mesa de juego, su baraja de póker sus fichas y un entorno que solo con verlo les hace sentirse en una realidad fácilmente encajable. En la realidad que conocen sin pensar en otra cosa, la que aparece sola debido al hábito, una partida de póker que incluso sería difícil conceptuar de otra forma, dada la costumbre.
Sin embargo, en el lugar ha entrado, por primera vez, un hombre que no conocía el local, es algo nuevo para el. Escruta el entorno con curiosidad y, de pronto ve a los cuatro hombres hablando en unos términos que no había oído nunca, como repoker, Po de 100 euros, voy restado, etc. Para beber pide, ya que está en una coctelería, un San Francisco (por habérselo oído a otro hombre). Se acerca con su copa a la mesa de juego y, tranquilamente se da cuenta de su realidad. Está viviendo una realidad ajena al resto de las personas y, por supuesto, a los asiduos jugadores. Bien este es un ejemplo sencillo y creíble, pero si magnificamos la influencia de la cuántica y la naturaleza, en cada momento, sobre cada persona, podremos obtener resultados mucho más espectaculares sobre lo sorprendente de la realidad.
José María de Benito
|