Este es el tiempo en el que mis manos no serán torpes,
Donde mis intenciones intentaran abandonar la ineptitud,
Donde la sangre se vuelva llamas para abrazarte siempre,
Donde el tacto al fin sea reconocido lenguaje de espíritu.

Jugare tu juego como tú lo desees, si eso es lo que quieres…
Luchare por el alimento de mis poros, créeme que lo haré;
Iré entre el vaivén del animal deseoso, siempre asechándote,
O como del hombre viril que soy, ó que creí ser alguna vez…

Intentare tocarte hasta que mis manos sean hielo y mueran,
Lograré que el fuego de mi esencia contagie tu cuerpo,
Para ser ambos un carnero fiero y de imparable embestida,
O congelarme de abstinencia en el maldito intento...
Me juego mi ineptitud dispuesto a lo que sea primero.

Es intentar vivir o morir en vida,
Es soltar las llamas o congelarme,
Tú por dentro o por fuera…
Me veras intensamente arder.