Aquella tarde rojiza, de cálidos vientos y corrientes, estaba esa joven niña de cabellos dorados como el sol, piel clara y delicada.
Buscaba un lugar donde descansar sus débiles y hermosos pies descalzos, quería recordar , cuál fue el motivo que convirtió en haraposa su presencia , quería recordar quien la había abandonado en ese campo lejano de matorrales , arboledas y estepas.El viento la roza.Tembloroso, tibio acaricia su cuerpo.
-A dónde vas , niña hermosa, quién te dejó en ruinas -acotó un hombre huraño y preocupado.
-A dónde tú no vas , de eso estoy segura.Sé mi nombre , me llamo Ingrid, pero no sé que estoy haciendo por aquí, y porque mi ropa está así.
-Ingrid, yo hace cincuenta años que vivo en este sitio, mis amigos son los árboles, ellos me ayudan, con su sombra y madera, con su bello sonido al danzar sus copas al compás de la suave brisa de verano, al mover sus ramas en danzas, por las estaciones.
-Qué haré?-preguntó Ingrid con sus ojos marrones como castañas, llenos de lágrimas
-A ver, a ver,trata de recordar cualquier cosa que hayas vivido, a lo mejor te accidentaste , fuiste a cabalgar y caíste, empieza por ahí, empieza a recordar mientras caminamos.
Y mientras caminaban,don Raúl le contó que ya estaba jubilado y que igual seguía con su antiguo empleo, de cuidador del bosque Los cantares, en la provincia de Misiones, en donde estaban y no tuvo problemas en adaptarse a ese tipo de vida.
Ingrid estaba sorprendida como un hombre podía vivir solo tantos años.Aunque tan sólo no estaba, a menudo los leñadores , turistas y lugareños iban por allí, aunque él era de pocas pulgas y tenía conocidos en su haber, nada más, era bastante desconfiado.
Al llegar al lago Tupec, los suspiros de Ingrid fueron contundentes, dos o tres suspiros y las ondas en sus aguas se abrieron invitando a la niña a seguirlas.
Ella conocía ese lugar y allí empezó a recordar.y dijo
-Recuerdo mi madre solía traernos de pequeños, se ve que yo vivo por aquí , cerca, pero recuerdo que me escapé para salir con unos amigos.
Jorge quiso propasarse conmigo y yo lo abofeteé y él me tiró al piso, y se ve que me lastimé con una roca la cabeza , por ello tuve como una amnesia, la sangre de mi rostro la quité con el agua del río Uruguay.-concluyó Ingrid
-Entonces debes escoger mejor tus amigos , no puedes pasar las tardes con cualquier vago
Caminaron unos tramos y este viejo hombre se sentía más sólo que nunca-
-Adiós buen hombre,aunque no sé hasta que punto, pero voy a contarle algo más raro,no sé si estoy viva , no sé si estoy muerta.No sé si quiero mentir o decir la verdad.
-es la primera vez que me haces temer.
-Bien, acotó Ingrid, existo porque usted quiere verme, no soy ni yo , ni usted , soy una imaginación o uno de sus recuerdos e imaginación , soy un espíritu, que no deja libre de algún modo, con sus remembranzas e inventivas,para querer seguir manteniéndome viva en su mente o corazón, para sentirme de alguna manera .Para olvidar que te equivocaste amor, tendrías que haberme buscado , te deberías haber jugado si tanto me amas.Me fui antes que vos ,morí lentamente de tristeza y de pensar que no te importaba lo necesario.Si no te jugaste , fuiste un cobarde.Hay, quieres sentirme cerca,tal vez......
-Tal vez, y al querer tomar su mano sólo tenía el anillo que había comprado para obsequiar a aquella hermosa y pobre joven que alguna vez tanto amó y que sus padres lo alejaron de ella, más él, de alguna y toda forma , no. |