No estás, papà, no estás,
más pese a todo,
mi corazón te siente cotidiano,
tu alma anda junto a la mìa,
unísono el andar de nuestros pasos.
No estás, papá, no estás,
màs pese a todo,
yo no siento tu espíritu lejano,
sigo escuchando tus cálidas palabras,
en nuestras largas charlas, mano a mano.
No estás, papá, no estás,
mas pese a todo,
desde lo inconmensurable de lo eterno,
estás por siempre presente entre nosotros,
tu grandeza nos sigue sosteniendo.
No estás, papá, no estás,
más pese a todo,
al estar caminando las estrellas,
acompañas los instantes en la vida
de tu familia, que estamos en la tierra.
No estás, papá, no estás,
mas pese a todo
desde la amplitud de lo infinito,
estás cada vez más entre nosotros
y en nuestros corazones, estás vivo.
(Hace 10 años que murió mi padre, y este texto fue escrito poco tiempo después que se fue, y dice exactamente lo mismo que escribiría hoy)
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