Trágate la mierda en éste instante y transfórmate en el patriarca familiar que siempre quisiste...el patriarca de la Miseria.

Ahora estarás feliz. Y si no lo estás, entonces tu vida habrá sido una inconsecuencia absurda; tan bizarra que no podría ser comprendida ni en mil años de un escuchar paciente para los imbéciles.

Revuélcate, llénate de barro, traga saliva amarga de tu propio veneno infestada. Así, con el rencor macerado lentamente en la fogata de un espíritu brutal, me levantaré para sentarme y observar como el mundo te vomita, hastiado hasta la médula
de tu asquerosidad infinita, insolente, impresionante.

Y tras el abismo de todo aquello que nubla hasta la cólera, vendrá un sol cargado de una novedad inimaginable.

Todo se devuelve "compadre", y ahora el balance es más negativo que nunca para quien cultivó miseria, esplendorosamente.

El Coronel