Entre la multitud despiadada vi un amor en tu brillo,
y lo seguí decidido en él,
y lo toqué en un lugar sin verdades,
y la sorpresa no fue conjugada,
y nos dejamos quietos…
entrelazados,
inspirados en roces sin codicia.
Y tus pensamientos sin resguardo…
en los míos,
acogiéndote,
entre la multitud despiadada…
en un recinto aparte, insertos en el caos,
tu mirada y la mía,
sin tropiezos,
las dos ultimas formas de una especie extinta,
entre los rasguños de un frenesí…
una isla de tu y yo,
mutados en acero,
para solo juntarnos,
por unos segundos,
para tocar lo secreto de los dos,
y convertirlo en lenguaje invisible…
fuimos solo tú y yo pequeña,
solo tú y yo.
|