La trampa
El hambre acechaba la comarca, las escasas lluvias, el inclemente sol del verano, y el avance del hombre sobre el bosque nativo, dificultaban la búsqueda de alimento. El instinto de supervivencia pudo más que su desconfianza natural.
Era necesario acercarse al poblado donde las oportunidades podrían ser mayores, el primer intento fue exitoso.
El criadero de gallinas estaba formado por un largo galpón con una sola entrada, el zorro la atravesó sigilosamente, su cría esa noche comería.
Las visitas del zorro se hicieron mas frecuentes, el hambre continuaba haciendo estragos entre los de su especie.
El dueño del criadero, decidió armar la trampa. el zorro volvió.
La luna esa noche estaba oculta entre las nubes, el zorro en su astucia nunca transitaba la misma senda, pero la entrada era una sola, y ahí, estaba la trampa. La vio en la fracción de segundos que la luna asomo entre una nube. Los dientes de acero destinados a sus patas reflejaron sus ojos un instante. El zorro huyo, jamás volvería a ese lugar, no caería en esa trampa.y Esta vez “la trampa no funciono.”
Domingo de elecciones en un pequeño lugar del mundo, también el hambre acecha. También funciona el instinto de supervivencia.
La población se amontona, deben sobrevivir, primer cordón urbano, segundo, tercero, y el interior del pequeño país es un desierto. Y por supuesto la aldea inmensa. Vivir donde las oportunidades pueden ser mayores es urgente.
El dueño del país arma la trampa. Esta vez no es de acero, es de cartón, su boca negra no tiene dientes pero traga la esperanza. Al fin lo inevitable el dictador gano. Esta vez “la trampa funciono” (*)
(*) Dicen que el zorro es más astuto que el hombre.
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