Abuelo que viniste en aquel barco,
surcando los océanos del mundo,
y a comienzos del siglo XX te afincaste
e hiciste de este suelo tu terruño.
Abuelo, aventurero de caminos
en senderos de historia cotidiana,
llegaste a este paìs, a mi Argentina
con el bagaje del amor y la esperanza.
Abuelo que pasaste por la vida,
y te fuiste, grabando una huella,
que ha quedado impresa en mi alma,
con el orgullo actual de ser tu nieta.
Se me presentan en el alma los anhelos
de tenerte, quererte y escucharte,
pero te tengo presente en cada tiempo
porque vivís en mì, como mi padre.
Esos pequeños huecos del espíritu
por no haber estado en mi historia,
han sido cubiertos totalmente,
¡estás siempre presente en mi memoria!
Abuelo, de vos sólo sé tu nombre,
sin embargo, te he visto reflejado
en el hombre de bien que fue mi padre
y para mì, eso es lo más sagrado.
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