-Siento frío de tu cuerpo;

ven a mi vera, serrana;

mira que soy hombre muerto

si en mi cuerpo ¡ay!, no siento

el calor que el tuyo emana.



-Un romancillo cualquiera

conmigo no has de tener,

yo te daré mi alma entera

cuando me entregues, de veras,

credencial de tu querer.



-Como un romance cualquiera

yo no quiero tu cariño.

Yo te ofrezco, a voz sincera,

cual hombre, pasión entera

y amor y candor de un niño.



-Eres hombre fiel y entero

y mi querer te he de dar;

porque no vale el dinero

lo que tu amor, tan sincero,

hoy me viene a regalar. . . .