es un tío que sabe mucho. tiene no mas de treinta años y sabe mucho de perros y de seres humanos. suele decir que los perros son como los seres humanos pero que no hablan... miré a mi perro y este me miró como diciendo que el profesor tiene mucha razón. salimos a la calle y mi perro paraba a su lado, como si fuera su hijo, de la mano en otras palabras. quise hacer lo lo mismo pero entendí que yo no era aún profesor. paseamos por cerca de una hora y cuando mi perro vio a otro perro, sentí que deseaba pelea. el profesor le dijo: ¡no!.. y mi perro, le miró y entendió todo. ¡carambas!, expresé, mientras mi perro me miraba como quien mira a un pedazo de nada... seguimos paseando hasta llegar a una casa, tocamos la puerta y salió una anciana llena de gatos. mi perro miró a todos los gatos y el profesor le dijo: ¡no!... este hizo lo mismo que la vez anterior. le miré al profesor con reverencia y a mi perro como mi igual, pero este bicho me miró como quien mira una gran torta de nada... entramos y los gatos se le subieron por todos lados del lomo de mi perro. extrañamente este no hacía nada. la anciana miraba cómo jugaban sus gatos con mi perro. terminó la fiesta y salimos de la casa de la anciana con todos los gatos mirándonos por la ventana, parecián decirle a mi perro adios... seguimos la caminata y el profesor me contaba que jamás un perro lo había mordido... y, ¿un ser humano?, le pregunté. sonrió y dijo que muchas veces... mi perro me miró y empezó a mostrarme los dientes... me asusté un poco y le dije al mi perro que no. este bajó la mirada y sentí que deseaba lamerme las manos. ven, me dije y este vino a mis brazos. me lamió y luego de pagarle al profesor, volvimos a casa... entramos y mi perro subió a la parte mas alta para empezar a mirar todo lo que sucedía a través de sus ojos...