Voy hacia mí,
desde el sur,
las aventuras de las lluvias terminaron.
Vuelvo a mí,
y el viento perfilado se extingue en mis recuerdos.
La mirada borrascosa se queda entre los paisajes húmedos,
el velo de millones de gotas atrapado en los hielos dispersos.
Hermoso capricho furioso en los mares grises…
en los cielos grises…
en las tormentas grises.
Una piedad suelta en los bosques gigantes,
un caminar por la yerma playa acogedora.
Vuelvo,
y las ropas mojadas se secan…
ya estoy en mí,
y el torrente perfumado de aquella ultima selva se extingue.
Legué…
pero aun sigo en el ahí.