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Génesis 07: Magnificomm

-No te interpongas en mi camino, Devoramundos, si tienes aprecio a tu vida.

-No eres el más indicado para decir algo así, si tenemos en cuenta que eres tú quien camina hacia su muerte.

Los dos enemigos se observaban con frialdad: sus miradas se enfrentaban en un brutal duelo que parecía no tener fin. Caminaban en círculo alrededor de la sala circular, de color blanco impoluto sin ornamentos ni mobiliario: tan solo una gran alfombra roja resaltaba cubriendo el suelo. Los dos enemigos se observaban con frialdad: sus miradas se enfrentaban en un brutal duelo que parecía no tener fin.

Uno vestía del color de las paredes, tapando su cuerpo y cabeza bajo la túnica encapuchada cuyos bordados amarillos lograban que se distinguiese su figura. La prenda solo dejaba al descubierto el final de unos pantalones blancos que contrastaban con marrones botas reforzadas con piezas de acero. El cuerpo de aquel hombre brillaba con una luz tenue, pero lo bastante brillante para hacer el rostro del sujeto imposible de discernir. Aquella luz era cálida, pero a su vez ahogaba el aire con hostilidad.

El otro no poseía tanta vestimenta: tan solo los hombros y las caderas llevaban sus correspondientes protecciones, sumadas a gruesas tiras de tela puramente ornamentales. A cambio, su cuerpo estaba compuesto por duras capas de blanca piel áspera poco distintas a un bloque de mármol toscamente esculpido. Dichas capas estaban separadas en numerosas piezas, las cuales simulaban los principales músculos del cuerpo. Al contrario que su enemigo, este ser si mostraba su faz: de color oscuro y forma similar a una terrorífica máscara de facciones óseas que sonríe macabramente mostrando todos sus colmillos al brillo dorado de los ojos sin pupila.

Los dos enemigos se observan con frialdad: sus miradas se enfrentan en un brutal duelo que parece no tener fin. Caminan en círculo alrededor de la sala circular. No hablan, no pestañean, no respiran. Solo se observan con frialdad. El aire es hostil, casi irrespirable. Parece como si toda la pesada carga del odio hacia una persona está concentrada en esa sala. Los ojos siguen a su presa como depredadores esperando el momento oportuno para saltar: Tras esas primeras palabras que cruzaron al verse, no han vuelto a hablar; no se atreven a hacerlo, pues saben que el primero en distraerse lo más mínimo será el primero en recibir un ataque mortal.

Los dos enemigos se observan con frialdad: acumulan poder mientras caminan preparando una victoria basada en el primer impacto. No desprenden aura alguna, no dan muestras de lo que hacen, pero es algo que se distingue a la perfección por el asfixiante ambiente, tan cargado que todo empieza a distorsionarse. Ambos contrincantes empiezan a preocuparse a pesar de su aparente impasibilidad: llegará el momento en que exploten, y el primero en alcanzar su límite será el primero en atacar, el primero en matar…

El hombre imbuido en luz deja de caminar, se detiene frente a su adversario aún observándolo. El Devoramundos queda paralizado, y tan rápido se pone en guardia como baja esta de nuevo, mirando también a su enemigo. A pesar de la sonrisa de su rostro puede se percibe su seriedad; ha estado a punto de moverse antes de tiempo, error fatal. Aunque ahora se ha dado el paso inicial, sin llegar a comenzar el combate. No hay marcha atrás.

Los dos enemigos se observan con frialdad: cada músculo de sus cuerpos se encuentra en completa tensión, sus huesos parecen endurecerse. Siguen observándose, no se mueven, no pestañean, no respiran… así permanecen durante segundos que se suceden como minutos y minutos que se suceden como horas, hasta que el Devoramundos, agotada su paciencia, se mueve; un pequeño paso hacia atrás, movimiento hecho por la tensión, el agobio del momento: ya no puede más, va atacar, y su enemigo lo sabía pues le tendió aquella trampa, por lo que directamente realiza aquel deseado acto… y entonces explotan.

Dos sellos de energía aparecen suspendidos en el aire, el uno frente al otro, ambos dorados: los contrincantes golpean uno a cada símbolo, creando potentes rayos de energía que chocan entre sí provocando una leve explosión; antes de aterrizar el humano crea a sus lados dos sellos más de los cuales surgen esferas de luz que impactan con un gran escudo de energía creado por el monstruo, provocando más explosiones de entre las cuales surge una gran estela de fuego carmesí, cuyo objetivo evade creando frente a sí otro símbolo y usándolo de impulso para alejarse, aprovechando para acumular energía en la trayectoria del ataque enemigo, y haciendo que ambos impacten provocando una nueva explosión; se sitúa el luminoso entre ellas y comienza a acumular energía liberándola rápidamente y generando circunferencias de luz multicolor que evade el Devoramundos saltando ágilmente entre ellas viendo así como impactan contra la pared, la cual permanece impoluta a pesar de los impactos.

Entonces el engendro se abalanza hacia su enemigo con intención de aplastarle con sus brazos, alcanzando rápidamente el suelo pues el objetivo del envite lo evitó mediante una finta que le colocó tras el Devoramundos, a quien arroja una lluvia de puñetazos que abollan ligeramente el duro cuerpo marmóreo. El monstruo apenas termina de gemir cuando da media vuelta y transforma su quejido en un poderoso rugido que acrecentó los temblores en la sala; sin silenciarse, el ser lanzó un potente golpe al humano, quien lo bloqueó poniendo sus brazos en cruz para finalmente salir despedido por la fuerza del impacto.

El hombre chocó violentamente contra la pared, agrietándose esta: las fisuras eran especialmente oscuras. Apenas el herido abrió los ojos se encontró con el osamentado puño de su enemigo frente a él, aunque fue a tiempo pues esquivó el puñetazo con un rápido movimiento de cabeza para después agarrar al Devoramundos del brazo y acumular energía, provocando que una potente corriente eléctrica circulara por el cuerpo de ambos, quemando al monstruo debido al alto voltaje. El engendro empezó a convulsionarse con violencia mientras su cuerpo exhalaba humo, hasta que finalmente la descarga se detuvo: El humano dio una sonora palmada y entre ambos contrincantes apareció un sello, el cual generó una brutal onda de energía que impactó de lleno en su objetivo, mandándole al otro lado de la sala.

Las paredes se agrietaban a espaldas del Devoramundos, la presión aumentaba en la sala, pero eso no le importaba a los contendientes. El hombre de blanco creó cinco símbolos más que formaron un pentágono frente a él y se unieron entre decenas de hilos de luz; mientras tanto el monstruo se había levantado ya, y con rápidos movimientos de brazos generó varios discos de energía rojiza que impactaron contra el pentágono luminoso: este empezó a temblar con violencia mientras se fundía con los discos de energía, provocándose pequeñas explosiones que resquebrajaron pequeña parte del techo, cayendo sobre el cúmulo de energía numerosos fragmentos de roca blanca y deshaciéndose en este.

A la velocidad del rayo el hombre se abalanza a la ya formada esfera multicolor para asestarla un bestial puñetazo, lanzando la esfera contra el Devoramundos, deteniéndola este de un empujón y creando a su espalda dos sellos, los cuales generaron sendas estelas luminosas que desplazaron y aumentaron el tamaño de la acumulación de energía. Entonces, la esfera comenzó a generar pequeñas ondas multicolor que los contrincantes evadían con dificultad a la par que las golpeaban para reenviárselas el uno al otro. La presión se estaba multiplicando en la sala, que ya temblaba con enorme intensidad, la gravedad parecía haber aumentado y el aire se volvía irrespirable: El cúmulo de energía era tan poderoso que estaba formando su propio campo gravitatorio, atrayendo las destrozadas paredes de la sala y a los luchadores que en ella se encontraban.

Las ondas de luz que se enviaban, al igual que los discos, rayos, y todo ataque energético en general estaba siendo absorbido por la esfera, las paredes se estaban contrayendo, se resquebrajaban violentamente al ritmo del brutal intercambio de puñetazos y patadas que se estaban dando ambos enemigos en los bordes de la ya casi derruida sala: estos ignoraban lo que sucedía a su alrededor, todo su mundo era su enemigo, su objetivo… aquel a quien debían matar a toda costa. Finalmente, la sala entera se partió en numerosos pedazos que se lanzaron a la bola de energía; humano y Devoramundos vieron nuevos elementos entrar en sus mundos interiores a modo de obstáculos y, con una inimaginable coordinación, empezaron a desviar, bloquear y destruir los numerosos fragmentos de blanca roca que hacia ellos se dirigían.

Alrededor de todo aquello había un impresionante espacio, donde miles de millones de estrellas brillaban alrededor del nuevo astro de energía que se formaba. Se había perdido toda gravedad debido a la actual inexistencia de la habitación, por lo que ahora la fuerza de atracción de la esfera multicromática era muchísimo mayor. Los dos contrincantes habían vuelto al duelo de ataques a distancia, generando cada uno decenas de sellos mágicos cuyos rayos impactaban los unos contra los otros formando cortinas de luz y explosiones cuya energía era rápidamente absorbida por la gran esfera, cada vez mayor. Tan grande era ya que se comenzaba a volverse totalmente inestable, y lanzaba numerosas esferas de energía de todos los colores por todos los lados, al azar, los cuales además eran nuevamente absorbidos.

Los dos luchadores se dirigieron de nuevo el uno a por el otro, realizando por el camino cantidad de piruetas de todas clases en el espacio para esquivar los ataques lanzados por la esfera. Nada más llegar el Devoramundos tomó la iniciativa y lanzó un mordisco a su enemigo, quien interpuso su brazo entre dientes y rostro para después asestar un puñetazo a la cara del monstruo, quien no quiso soltar el brazo de su enemigo a pesar del golpe; entonces el hombre le dio una patada que fisuró su pétreo estómago, aunque logró que el monstruo le soltara también recibió un cabezazo de su parte, aunque no cesó por ello en su ataque y arrojó un codazo directo a la cara de su objetivo quien lo evitó alejándose de él. En ese momento el humano dio una voltereta para esquivar otra esfera de energía y lanzarse a por su enemigo. El Devoramundos no dudo en ir a por él, dándose ambos un potente puñetazo al mismo tiempo en el rostro, tras lo cual se agarraron el uno del brazo del otro para comenzar a forcejear, cuando de repente otra bola de luz golpeó el hombro del monstruo, haciéndolo explotar y separándole el brazo derecho del cuerpo, momento que el hombre no desaprovechó para agarrar la cabeza de su enemigo con su mano libre y, a una velocidad inusitada incluso en gravedad cero, le arrojó a la gran esfera de energía, chocando el engendro contra ella.

Nada más impactar, la bola de luz multicolor generó una brutal explosión seguida de decenas de estelas de energía y ondas. Entonces comenzó a reunirse todo en su núcleo: el cuerpo del Devoramundos, las esferas, las ondas, hasta el propio espacio se condensó en esa gigantesca esfera de energía, la cual se empequeñeció hasta alcanzar el tamaño de una cabeza de alfiler, y entonces explotar con una fuerza tan descomunal que no solo el castillo, sino que todo el mundo se estremeció ante ella.

-Mira esa luz… ¡Hemos llegado a la salida!

-¡Cojonudo! ¿Cuánto tiempo llevamos caminando?

Tras una carrera rápida, Proton y Zero-Team cruzaron el umbral: Tras él había una gigantesca sala circular de blancas paredes y cuyo suelo tenía una gran alfombra roja. En el centro de la sala había un hombre, un hombre vestido de blanco, cuya piel desprendía un cálido brillo que hacía imposible ver su faz.

-¡MAGNIFICOMM! –Gritó Proton al verle.

-¡Magni, menos mal que estás bien!- Dijo Zero con una sonrisa.

-¡Chicos! Menos mal que no os ha pasado nada… me alegro de que estéis bien. ¿Dónde están X-Girl y Troyan?

-Ella esta encargándose de un problemilla menor, ahora viene con nosotros. Y Troyandark…

-Fue a EmJei para ayudar en su defensa.

-De acuerdo… este lugar… es extraño.

-Y tanto… ¿qué clase de arquitectura tiene?

-A eso me refiero, Proton: Este castillo no tiene una estructura aparente, las habitaciones se crean a partir de la nada… tras estas paredes hay un universo simulado cuya energía da forma a esta sala, por lo que además tiene propiedades… regenerativas.

-¿Cómo? ¿Qué clase de poder es ese, Magni?

-Ojala lo supiera…

-¡ESPERA! ¿Cómo no vas a saberlo si tú también tienes el poder de crear mundos?

-Ya te lo he dicho, este sitio es muy extraño… parece que los Devoramundos tienen algo que ver.

Entonces la sala comenzó a temblar levemente de nuevo, a la par que un brillo oscuro salía del pecho de Magnificomm. El hombre metió la mano en su abrigo, extrayendo con mirada de preocupación una gema esférica de color negro, la cual vibraba con fuerza.

-¡No puede ser!

-¿Qué pasa?

-¡Violent ha despertado!

-¿Mande?

-Proton… ViolentDarthPhoenix es uno de los dos creadores de EmJei, junto con Magni… el siempre está dormido, solo despierta cuando…-Entonces Zero abrió los ojos como platos, mirando fijamente a la puerta por la que acababan de entrar.- No… ¡¡¡X-GIRL!!!-En ese momento el joven echó a correr a toda velocidad por donde había venido.

-Ey Zero, ¡Espérame!

-Detente, Proton. Él es más fuerte de lo que aparenta, podrá ayudarla por sí solo. Pero Truefaiterman ya estará luchando contra Gargant, y no creo que solo pueda llegar hasta él así como así.

-Magni… de acuerdo… ¡VAMOS DE UNA PUÑETERA VEZ!

En ese momento un gran pórtico negro apareció ante ellos. No se preguntaron por su origen, ni dudaron de su destino: ambos entraron dispuestos a llegar al final de esta guerra.

Texto agregado el 09-03-2009, y leído por 58 visitantes. (0 votos)


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