Yo no se si esto es real, o si lo soñé, solo se que fue escalofriante, casi, me recuerda las imágenes que solía ver mi padre cuando tenía mi edad.
Cierto día jueves, acompañe a mi viejo, a mi querido viejo a su casa, me pidió que me quedara con el y con mi hermana pequeña la Francisca, le pregunte ¿porque? , me respondió que se sentía extraño en la casa nueva, no estaba a gusto, sentía que cuando dormía, lo observaban, lo aprisionaban, lo hundían en la cama. Ciertamente eso me alarmo, no quise decir ni una palabra y con un gesto de cabeza quedo todo resuelto, esa noche los acompañaría para que durmieran mejor.
Al llegar a las 23:31pm, mi hermana comenzó a llorar, sin motivo aparente, me acerque a ella y sonrió, me abrazo y miro hacia la esquina del living como haciéndole burla a algo invisible que yo no podía percibir, hice como que no paso nada, aunque el detalle no se me paso por alto. De ahí en adelante todo normal, se fueron a acostar y yo me quede en Internet matando el tiempo en msn, hasta que el sueño me invadió, solo basto un pestañeo para que una brisa tremendamente helada golpeara fuertemente mi espalda, empecé a sudar frío, recordaba las cosas que veía cuando niño, cuando adolescente, los golpeteos en las paredes se hicieron presentes, ¡Ahí vienen!, ¡déjenme, porque me siguen siempre! (los golpeteos se hacían mas intensos, golpes de puños contra las paredes, puertas y ventanas, el sonido de uñas al pasar por la ventana, todo presagiaba que aparecería), ¡debo mantener la calma!, despierta, ¡tienes que despertar!...
4:15am abrí los ojos como pude, mis manos y extremidades estaban entumecidas, mis labios tenían un tinte morado que se reflejaba perfectamente, el sudor frío recorría mi frente, mientras mi corazón pareciera salir literalmente del pecho, volví a cerrar los ojos, respire profundamente, y voltee mi cabeza en dirección a la pieza de mi padre, y ¡los vi!, vestidos de terno y corbata, dos seres vestidos de negro, conversando entre ellos, y apuntando a mi viejo, hermana y a mi, cuando quise incorporarme a aquella conversación me gritaron al oído ¡despierta!, y al segundo ya no estaban ahí, solo quebraba el silencio el llanto de Francisca que de seguro percibió lo que yo observe ese día jueves...
(Esto es un extracto de vivencias mías, de mi padre e hermana menor, es todo un collage, y es mucho mas suave como en realidad paso, se los paso a ustedes y seria bueno saber si alguno de ustedes a pasado por algo similar)
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