Secuelas


Inhalo, profundo y continuo, retengo el mayor tiempo posible mientras me inunda un sabor extraño (casi agradable). Cuando no aguanto más exhalo.

Vuelvo a inhalar, esta vez más profundo y largo, los pulmones colapsan y libero un áspero tosido dejando salir todo el aire.

Una vez más inhalo, las pupilas se dilatan, mi mente se esparce y los pensamientos emergen como si hubieran estado enclaustrados por años, exhalo al tiempo en que un suspiro surge desde lo más profundo.

Mientras las ideas emergen y mi consiente y subconsciente rozan a un ritmo disparatado, me recuerdo a mi mismo diciendo –Ya no lo haré más–. Pero como evitarlo si ella está frente a mi y yo… ya no existo para ella.