Se le había hecho tarde y no tenía forma de llegar a su casa donde lo esperaba su familia; estaba en un lugar deshabitado, con el auto roto, en medio de la nada; comenzó a buscar preocupado alguna casa cercana, pero no veía ninguna; empezó a caminar mientras las sombras de la noche se le venían encima.
De pronto divisó una casa semi-derrumbada; al menos iba a pasar la noche bajo techo!; se acercó, empujó la puerta rota y entró.
Comenzó a recorrerla y decidió quedarse en un ángulo donde estaría protegido de las inclemencias de la noche, dado que aquel lugar aún conservaba un gran pedazo de techo.
Se acurrucó en un rincón y comenzó a adormecerse; un ruido lo hizo despertar sobresaltado; de pronto en las penumbras distinguió un hombre que tenía un puñal en la mano y las ropas manchadas de sangre, que se le acercaba;...
Aterrorizado se acurrucó aún más pensando que quizá no lo vería,...pero se equivocaba; el hombre se acercó y arrastrando una silla desvencijada y sentándose frente a él, le dijo:
"¿Por qué está tan asustado?¿Me tiene miedo? Pues hace Ud.muy bien! Vengo de hacer justicia; de mí no se burla nadie! "
"¿ Sabe una cosa? Yo no iba a permitir que ella me siguiera engañando con su novio; !yo soy su padre y me debe respeto!; fueron tantos años de compartir buenos momentos escondiendo nuestra relación a mi mujer y a todos!".
– "Desde chiquita, ¿ sabe? éramos el uno para el otro! Y ahora, esa puta, se acuesta con el novio! Sí, la maté! y qué? por qué me mira? me tiene miedo?"
"¿Quién era ese hombre? se preguntó; ¿quién era que venía así de improviso a contarle su crimen, y por qué a él, que no lo conocía?
 El desconocido prosiguió...
"Recuerdo como en los ojos de Marina se pintaban el terror y la desesperación cuando la mataba; hasta que cesó de debatirse.
Entonces aflojé la presión de mis manos y mi hija cayó a mis pies; en pocos instantes llegó mi mujer, entró a la cocina.
Recuerdo su desesperación, la furia con que se abalanzó sobre mí, y su mirada de odio, de asco.
"Yo miraba idiotizado a mi mujer, y a mi hija; a mi hija y a mi mujer, y también me abalancé sobre ella, pero se resistió y huyó..."
Se preguntó una vez más: , "¿quién era ese hombre que se solazaba con esa sangre fría de su asesinato, y lo contaba como una hazaña?"
Estaba sentado frente a él, con la cabeza reclinada hacia la zona en penumbras como si tratara de ocultar su rostro. Vestía un traje oscuro, raído y sucio; su boca dibujaba un rictus de amargura y tenía una voz monótona y cansada.
El hombre prosiguió:
"Mi mujer huyó e hizo la denuncia, pero aunque la policía me ha buscado sus pesquisas son inútiles; yo huí hacia una casa en ruinas, que solo yo conocía y ahí es donde vivo; nadie va por allí....¿que le sucede, amigo; me tiene Ud. miedo?..."
" Tal vez , tal vez ...tenga miedo que le mate a Ud., ahora que conoce mi secreto?"
"¿Por qué tiembla? es el terror?! oh, que cara de pánico muestra Ud! ¿Sacará ahora su pañuelo del bolsillo para ejugar el sudor que arranca el miedo de su frente?"
Furioso porque se burlaba de él y sin medir el peligro se acercó rápidamente al asesino, tomó su mano retorciéndosela, y le clavó el puñal en el corazón.
Al escuchar el estrepitoso ruido, se dió cuenta que había recuperado la vista, y había confesado su crimen a su propia imagen reflejada en el espejo.
Estela Passaglia
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