Es para ti bella mujer que no conocí.
Todos los hombres de mi época, al menos, hablamos al calor de la bebida, o en una reunión perdida; del amor de una mujer, viva o muerta presente o ausente, pero todo en el lenguaje de la vida.
Pero hoy yo quiero escribir sobre la mujer que no conocí
Una tarde tibia y agradable fue el preludió
Subí las escaleras con cierta parsimonia, volteé hacia la puerta de esa oficina que tantas veces había cruzado y me detuve sorprendido.
Una hermosa joven me veía distraída, no era su mirada, tampoco se cuerpo, era algo que brillaba. Algo que me cegaba y no pude evitarlo, me acerque.
La luz se convirtió en música cuando regreso mi saludo.
Bromeamos, platicamos, sonreímos, en varias tardes, yo trataba de ser ameno, simpático y sobre todo breve, ella cada día brilla mas ante mis ojos.
Gente a su alrededor le presionaba, la angustiaba, trate de ser calmante para su angustia, soporte de su esperanza, yo en cuerpo y alma me entregaba.
Un viraje dio su trabajo y el mío también, se dio la oportunidad de unir nuestros tiempos, nuestras metas.
La invite y acepto, juntos los dos.
El primero apareció, como olvidar sus inútiles esfuerzos por ocultarse en ese sucio taxi, cuando me vio, ahí debía reaccionar lo inicie bien, sin embargo sus lagrimas movieron mis sentimientos, la perdone, y me perdí.
Nunca nada fue igual, de un momento de placer, nacía el momento de dolor, de coraje de frustración.
Y en un momento de platica, de suave reflexión, ella me platico el lado oculto, todo bajo su versión, yo le creí, sentía su inocencia y que todo era producto de sus adversas circunstancias que había tenido en la vida…no perdone, por que no había sido en mi ofensa, pero cometí el error de creer que ella ya era otra.
La vida una trampa nos jugó y ambos perdimos la apuesta, ambos perdimos la razón de trabajar, ella peleo, lucho, yo la acompañe, pero sin fuerzas, sin animo, solo por estar ahí se ella lo solicitaba, ambos perdimos al final.
En la búsqueda de nuevas metas la trate torpemente de integrar a mí, fue doble error, traición tras traición, noches sin dormir, días sin vivir.
Hoy prendí la luz, empezaba a amanecer, me sentía triste. Ya que la noche anterior, después de mucho hablar, ella me dijo, perdóname como soy y se fue en brazos de otro amor.
¿Sufrí? Creo que sí, ¿Aprendí? Un poco tal vez, pero ahora dentro de la cicatriz que me dejo su vivir, hago una pequeña mueca de dolor y recuerdo el primer día, aquella tarde que vi esa luz, esa música y sonrió levemente al pensar, en que esa mujer que pensé ver en ti:
Es la que nunca… conocí
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